Un momento que no esperó
a cuenta-gotas nos llevó
desde el elixir de nuestras emociones que continuaron
para en nuestros cálidos cuerpos enlazados terminar.
Nuestra tormenta mágica fue
descubrir que detrás de nuestros mundos,
solo corazones más que vivos y ardientes cohabitan.
En definitiva: "¡El cielo es para la tierra!"
No comments:
Post a Comment